jueves, 28 de julio de 2011


El payaso con arrogancia marginal,
con dignidad de pueblo
ingenuo y displicente
con fuga de vuestros vientos,
con montes y universos,
sueña como un vidente
sunco y testarudo
como una criatura fugaz.
Ciegamente,
se va alejando del deseo
más el cálculo dichoso,
se asombra de su canto
la venganza por mayoría brota
disfrazada despierta
travestida contagia la razón
orquestando un puñal y un sol
construyendo vidas de trapo
tiranizando al hombre y al niño.
La infamia se mofa
ajena de delirios.
A su izquierda un centinela
ahorca la oscuridad
mordía el suelo por alcanzar el provecho del lamento.
Viejas fantasías
dormían a rienda suelta.
El payaso recordó infamias
con perfumes,
los rosales con cuerpos de mariposas.
Creyendo que el espejo hundiría el reflejo
que la mueca estaría aturdida
que el reposo sería sagrado.
Añoranzas borrascosas
de prosas con carcajadas
calumnian a la flor pretérita divina,
mirándose sólo el vientre
estruja su verdad de barro
como piedra sin habla
como velorio sin velar
Así la palabra,
sin alimento, palma en mano,
espera su credo.