lunes, 5 de enero de 2015



... Piedras ocultas bajo el agua
son testigos de sus brazos.
Fondos de algas de espeso clamor
ansían sus pies.
Corrientes frías y lánguidas
desean sus manos.
Ramas desprendidas de los árboles
buscan palpar sus cuerpos.
Pequeños peces expectantes ante el sentir,
dispuestos a caminar para poder observar,
se asoman fuera del agua y
del abrazo eterno disfrutan.
Los anfibios, infatigables en su andar, se acercan
con la promesa del croar
ante un amor inmortal...