miércoles, 15 de abril de 2015

El espectáculo...



El payaso rodeado de miradas quejumbrosas

instalado en lo alto de una tarima

observaba de reojo sonrisas lánguidas

el reflejo de los focos dejaba entrever 

sus ojos ávidos de verdades impolutas.

Vestía de encantadores colores, atenuado por el raído de los años

el traje a medio descoser exponía su cuerpo enjuto y desvarío. 

Leves aplausos asomaban de la esquina

palpaba susurros de risas,

los asistentes para no llorar reían.

El payaso observaba el circo, 

era espectador de su propio espectáculo.


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