Fue una señal de manos
Fue un espacio célebre
musical
Fue el delirio de
azúcar
Fueron verdades
kilométricas
Albores unidos en el
silencio
Embaucados en cortejar
la defensa
La consigna era
soportar la luz
Desconcertar la
paciencia
Vagar por sueños de edad.
La luna esa noche iba
llena de añoranzas
Que los pensadores
discutirían acerca del silencio
Y amarían la aventura
del picaflor
De provecho exhalaban
suspiros
Se contagian de
almohadillas y rasguños
Bailan al borde de una
risueña noche
Los cuellos sumisos
sin juzgar,
Iluminados en la
verdad
Desde el infinito
hasta el comienzo
Desde el abrazo hasta
el llanto
Testarudo y cabizbajo
Implorando la gloria
Con esperanzas de
lumbre
Con virtuosa honestidad
Palma en mano
acurrucaban verdades
Volteó el cosmos
Una virtuosa flor
Escuchó el concierto
del gallo
Y desoló el sentido
En un torbellino
despótico
De besos y abrazos
de puntillas...